Recuerdo ese día, mirando el saldo de solo 2300 dólares que quedaba en la cuenta, mientras el cenicero en la mesa estaba lleno de colillas. Sabía en el fondo que si perdía otros 500 dólares, tendría que despedirme por completo de este mercado.
Un amigo me sugirió: '¿Por qué preocuparse por este poco dinero? Mejor retira y compra algo de cerveza para disfrutar la vida.' Sin embargo, al mirar las líneas en el gráfico de transacciones, de repente comprendí: mis múltiples fracasos anteriores no eran por falta de técnica, sino por ser demasiado arrogante, creyendo que podía hacerlo todo.
Después de
Ver originalesUn amigo me sugirió: '¿Por qué preocuparse por este poco dinero? Mejor retira y compra algo de cerveza para disfrutar la vida.' Sin embargo, al mirar las líneas en el gráfico de transacciones, de repente comprendí: mis múltiples fracasos anteriores no eran por falta de técnica, sino por ser demasiado arrogante, creyendo que podía hacerlo todo.
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